La Historia del Calcetín: Cuando los conflictos de pareja cotidianos escalan

Si los problemas de convivencia cotidianos con tu pareja están escalando cada vez más, quiero presentarte la historia del calcetín.

Te voy a contar la historia del calcetín. Había una vez una paciente que me contaba lo mucho que le enojaba que su novia dejara sus calcetines tirados en el suelo. Todos los días le decía que recogiera sus calcetines y los ordenaba, pero a pesar de su insistencia, su novia seguía manteniendo la misma conducta.

Un día, mi paciente explotó por esto, diciéndole a su novia lo desordenada, desprolija, cochina y despreocupada que era por andar dejando los calcetines por el suelo. Esto provocó que su novia reaccionara, y le dijera a mi paciente que es mandona, controladora, obsesiva y hostigante.

¿Cuál fue el problema? Que conflictos como estos estaban siendo diarios, y estaban escalando tanto que estaban poniendo en riesgo la relación. Ambas estaban muy tristes, porque se amaban mucho, pero no sabían cómo salir del vórtex angustiante de estar discutiendo diariamente.

¿Fue realmente el calcetín lo que las llevó a reaccionar así? Si vemos solo la punta del iceberg, sí. Pero si profundizamos aún más nos daremos cuenta que, en realidad, el calcetín no es en absoluto importante.

Si realmente a mi paciente le hubiese molestado el calcetín en el suelo, lo que hubiese hecho ella sería levantar y ordenar el calcetín todas las veces que el calcetín estaba en el suelo. Punto. Nada más. Porque el calcetín sería el problema, ¿cierto?

Pero la molestia profunda, en realidad, era el sentimiento de no sentirse escuchada por su pareja. Tener que estar repitiéndole lo mismo un millón de veces, y que su pareja no hiciera caso, hacía que mi paciente sintiera que sus necesidades no importaban, que no la escuchaban, que era loca por el orden, y se podían despertar muchas otras heridas del pasado que no tenían nada que ver con lo que estaba pasando en la actualidad.

Lo que realmente necesitaba esta relación no era que una fuese más ordenada o que la otra no hiciera tanto rollo por el orden, sino que les faltaba poder conversar sobre qué es lo que realmente siente cada una cuando aparecen los conflictos y no culpar a la otra de éste. ¿Qué heridas del pasado se despiertan? ¿Cómo puedo manifestarte lo que me pasa sin pasar a llevar lo que está dentro tuyo que aún te duele?

Dejar la tapa del WC arriba, dejar las luces prendidas o lavar mal los platos, pueden ser situaciones cotidianas que a cualquiera pueden molestarle y generar roces. Pero cuando estos se repiten y producen escalamiento, hay que cuestionarse qué es lo que realmente está debajo del iceberg, y comunicar asertiva y oportunamente el sentimiento vulnerable que se está pasando a llevar y no atacar lo que el otrx hizo o no hizo.

Así, poco a poco, van a poder comprenderse a sí mismxs y al otrx. Entender que la rutina no es lo que lxs acaba como relación, lo que lxs acaba es no conectar con la herida propia, no saber comunicarla y no poder empatizar con la herida del otrx. Lo importante siempre es saber que el otrx nunca es mi enemigo, y recordar a quién tengo al frente.

Y colorina colorada, las calcetines quedaron enamoradas ❤️

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