“Me da miedo pensar que jamás podré encontrar a alguien para mí”

Hay un pensamiento que a veces se cuela sin permiso, en silencio, pero con una fuerza que duele: “¿Y si jamás encuentro a alguien para mí?”
Puede aparecer cuando te bajas de una cita que no resultó, cuando ves a alguien feliz en pareja en redes sociales, cuando vuelve ese ex que sólo quiere sexo, o simplemente una noche cualquiera, cuando estás solx en tu cama y el silencio se vuelve más ruidoso que todo.

Ese miedo no es menor. No es solo un deseo frustrado de tener pareja. Es una pregunta existencial sobre si vas a poder construir algo significativo con otrx. Es el temor a una soledad no elegida, la que parece venir de fábrica cuando una persona LGBTIQ+ empieza a notar que su forma de amar no encaja con lo que la sociedad espera. Y es que crecer escuchando frases como “el amor verdadero solo es entre un hombre y una mujer”, o viendo películas donde las historias de amor son siempre heterosexuales, deja huella. Una huella que dice: “lo tuyo no existe, lo tuyo no dura, lo tuyo es solo deseo, lo tuyo es pasajero”.

Entonces, aunque estés rodeadx de gente, aunque tengas amigxs, aunque tengas citas… hay algo interno que te dice: “esto no es lo mismo que tienen los demás”.
Y duele. Porque hay una parte de nosotrxs que todavía no se cree merecedora de un amor sano, recíproco, estable. Y más aún, hay una parte que no cree que eso sea siquiera posible dentro de nuestro mundo.

Muchas personas LGBTIQ+ sienten que los vínculos serios y profundos son una excepción. Que el amor duradero no es algo que esté “hecho” para nosotrxs. Que el mundo LGBTIQ+ está lleno de rechazo, juegos, promesas vacías, y vínculos efímeros.
Frases como “nadie quiere nada serio”, “todxs son promiscuxs”, “a nadie le interesa el compromiso” o “en la comunidad nadie se enamora de verdad”, no aparecen por casualidad. Vienen de heridas. Vienen de decepciones. Vienen de muchas experiencias reales, sí, pero también vienen de una construcción cultural que nos ha dicho que nuestros amores son menos válidos. Que nuestra comunidad está rota. Que no sabemos amar. Y claro, si nos lo repiten lo suficiente, terminamos creyéndolo.

Además, hay algo mucho más profundo que explica por qué este miedo cala tan hondo: ni lxs seres humanxs ni lxs mamíferxs estamos programadxs para vivir en soledad. Nuestro cerebro, específicamente la amígdala, una estructura milenaria que nos ayudó a sobrevivir como especie, se activa con sensaciones de peligro cuando percibimos soledad. ¿Por qué? Porque durante miles de años, ser expulsadx de la manada era igual a estar en riesgo de muerte. Sobrevivir solx no era una opción. Y aún hoy, esa parte del cerebro sigue operando igual. Además, cuando nacemos, somos una de las especies más vulnerables: necesitamos 100% de nuestrxs cuidadores para sobrevivir. Esa dependencia marca nuestro cerebro en desarrollo, que aprende desde el inicio que necesitar de otrxs es parte de estar vivxs. Por eso, el miedo a la soledad no es debilidad: es biología. Y también por eso, sentir que nadie te va a amar se siente como una amenaza vital. Porque, en el fondo, una parte de ti teme que eso signifique que no vas a sobrevivir. Pero, ¿qué pasaría si dejamos de asumir que el problema está en “la gente” y empezamos a mirar con más cariño lo que llevamos dentro?
Porque muchas veces no es que el amor no exista. Es que el miedo a volver a confiar es tan grande que no nos deja verlo.
Es que salimos de relaciones que nos rompieron y ahora creemos que ese dolor es la regla, no la excepción.
Es que crecemos sin referentes de parejas como nosotrxs y eso hace que no tengamos modelos internos a seguir.
Es que la cultura del “todo rápido y descartable” se ha metido tanto en el mundo de las apps que, a veces, sentimos que buscar amor es como buscar una aguja en un pajar.

Pero eso no significa que no exista. Significa que necesitamos volver a aprender a mirar.
Y para eso, hay que sanar. Hay que revisar qué creencias arrastramos. Hay que dejar de romantizar el autosabotaje, la huida, el miedo al compromiso disfrazado de “libertad”. Hay que empezar a elegir distinto. A conocerse. A decir con claridad lo que queremos, aunque dé miedo. A poner límites, a decir “esto sí” y también “esto no”.
Y también, hay que aceptar que el amor que tanto deseamos no siempre llegará en los tiempos que esperamos, ni de la forma que imaginamos. Pero eso no significa que no exista.

Si alguna vez pensaste que jamás encontrarías a alguien para ti, no te preocupes, es completamente normal. Muchxs hemos sentido eso.
Y quizás hoy no tengas pareja. Pero eso no dice nada sobre tu capacidad de amar, ni sobre tu valor, ni sobre tu futuro.
Hay personas allá afuera que también están cansadas de lo superficial. Que también están trabajando en sí mismas. Que también buscan conexión real. No todo está perdido.

Pero para poder encontrar a esas personas, primero hay que atrevernos a creer que merecemos algo distinto. Que merecemos algo lindo. Que nuestro deseo de amar y ser amadxs es legítimo, digno y posible.
Cuando hacemos eso, cambiamos nuestra forma de vincularnos. Dejamos de perseguir a quienes no quieren lo mismo. Dejamos de quedarnos donde no hay reciprocidad. Dejamos de conformarnos. Y, sobre todo, dejamos de ver el amor como un milagro inalcanzable, y empezamos a verlo como una posibilidad real que puede construirse paso a paso, con tiempo, con trabajo emocional, con honestidad y con cuidado.

Y si llega un día difícil, donde el miedo a la soledad vuelva con fuerza, recuerda que hay gente que ha sentido ese mismo miedo y ha logrado transformarlo en fuerza, en ternura, en relaciones reales.
Y si ellxs pudieron, tú también puedes.

Aprovecho de recordarte que PrideMe es un centro de salud mental que fundé hace unos años, donde contamos con un equipo hermoso de profesionales especialistas en personas LGBTIQ+ que pueden ayudarte en este o en cualquier otro tema que estés viviendo. Siempre en un espacio seguro, libre de discriminación y pensado para ti. Puedes agendar conmigo o con quien más resuene contigo en www.prideme.cl :)

Conéctate a nuestra Comunidad y sigue recibiendo contenido de valor!

Únete a mi lista de suscriptores para que puedas recibir avisos de cuando publique nueva información sobre mi blog, contenidos, talleres y cursos!

No te preocupes, tu información está segura conmigo :)

No soporto el SPAM! Así que no te preocupes que no estaré llenándote de mails, solo te enviaré mails que sé que te podrán servir y ayudar :)