
Cuando finalmente decides salir del clóset, estás dando un paso gigante, probablemente el más valiente que has dado en tu vida hasta ese momento. Es un acto cargado de emociones: miedo, alivio, vulnerabilidad y esperanza. Pero ¿qué pasa cuando, después de soltar esas palabras que te han pesado tanto tiempo, la respuesta que recibes es un frío y despreocupado: "ya, ¿y?".
A primera vista, podría parecer una reacción positiva. Después de todo, nadie está gritando, nadie está rechazándote, y la otra persona parece transmitir que no hay ningún problema con tu identidad. Pero cuando lo miramos más de cerca, nos damos cuenta de que esa respuesta, aunque bien intencionada, puede causar más daño que consuelo.
Salir del clóset es una experiencia profundamente personal y, para muchxs, un momento cargado de dudas, miedo y vulnerabilidad. Es un acto que requiere coraje porque, aunque sabemos que no deberíamos justificar quiénes somos ante nadie, el contexto social muchas veces nos ha enseñado lo contrario. Es un proceso que no solo implica nombrar lo que somos, sino también enfrentarnos a la posibilidad de ser rechazadxs o no comprendidxs. Por eso, cuando alguien responde con un "ya, ¿y?" o un "no importa", puede sentirse como un balde de agua fría.
Esa reacción, aunque busca mostrarse como inclusiva o relajada, puede invalidar la importancia del momento. Quienes reciben ese tipo de respuesta suelen sentir que su experiencia se minimiza, como si su historia y su valentía no fueran dignas de ser reconocidas. Escuchar "¿qué importa?" puede sonar a que ese peso que llevabas cargando era insignificante, cuando en realidad, para ti, ha sido todo menos pequeño.
Salir del clóset no se trata solo de decirlo, sino de compartir una parte íntima y vulnerable de ti con alguien más. Por eso, recibir un "ya, ¿y?" puede sentirse como un rechazo disfrazado de aceptación. Es como si la otra persona decidiera saltarse el momento, ignorando que lo que acabas de compartir no es solo una información, sino una invitación a ser parte de tu historia.
Cuando alguien dice "soy gay", "soy lesbiana", "soy bisexual", o cualquier otra identidad, lo que espera no es que lo feliciten como si fuera un logro, pero sí que su experiencia sea honrada. Espera sentir que esa vulnerabilidad no fue en vano, que el miedo fue comprendido y que, en lugar de un muro de indiferencia, encontró un puente de conexión.
Si alguna vez alguien te confiesa su orientación o identidad, ¿qué puedes hacer para reaccionar de forma genuina y respetuosa? Aquí hay algunas recomendaciones que pueden ayudar:
-
Reconoce la importancia del momento: En lugar de restarle peso con un "ya, ¿y?", opta por algo como: "Gracias por confiar en mí para compartir esto". Ese simple gesto valida lo que la otra persona siente y refuerza la confianza que han depositado en ti.
-
Haz espacio para la conversación: En vez de cambiar de tema rápidamente, pregunta si quieren hablar más sobre cómo se sienten o sobre su experiencia. Muchas veces, la otra persona necesita desahogarse o compartir detalles de lo que ha vivido antes de llegar a ese punto.
-
No minimices sus emociones: Frases como "esto no cambia nada" pueden tener buenas intenciones, pero ignoran que, para la otra persona, este momento es transformador. Reconocer esto es clave para mostrar empatía.
-
Haz preguntas abiertas (si corresponde): Si sientes que la otra persona está dispuesta a compartir más, podrías preguntar algo como: "¿Cómo te sientes después de decirlo?" o "¿Hay algo que pueda hacer para apoyarte en este proceso?". Estas preguntas muestran interés genuino.
-
Respeta su ritmo: Salir del clóset no es un evento de un solo día; es un proceso. Evita presionar o asumir que, después de contártelo, esa persona está lista para abrirse ante todxs.
-
Ofrece apoyo continuo: A veces, solo saber que estás ahí y que cuentas con tu apoyo incondicional puede marcar una gran diferencia. Decir algo como "Quiero que sepas que estoy aquí para ti, siempre que lo necesites" puede ser muy poderoso.
Salir del clóset no debería ser un acto solitario ni algo que se desvanezca en un segundo. Aunque quienes reciben esta noticia muchas veces buscan normalizarla para transmitir que no es un problema, esa normalización también necesita incluir espacio para la empatía, el respeto y el entendimiento.
Cuando decimos "ya, ¿y?", perdemos la oportunidad de conectar, de demostrar que nos importa la experiencia del otrx y que reconocemos su valentía. En cambio, si nos tomamos un momento para escuchar, validar y apoyar, transformamos esa confesión en lo que debería ser: una celebración de autenticidad y conexión humana.
Conéctate a nuestra Comunidad y sigue recibiendo contenido de valor!
Únete a mi lista de suscriptores para que puedas recibir avisos de cuando publique nueva información sobre mi blog, contenidos, talleres y cursos!
No te preocupes, tu información está segura conmigo :)
No soporto el SPAM! Así que no te preocupes que no estaré llenándote de mails, solo te enviaré mails que sé que te podrán servir y ayudar :)