¿Por qué los gays somos "malos" para el fútbol?

El fútbol, un deporte que despierta pasiones y une a millones de personas alrededor del mundo, ha sido, por mucho tiempo, un terreno donde la masculinidad tradicional se manifiesta con fuerza. Para muchos hombres gays, esta conexión tan íntima entre el deporte y la masculinidad tradicional ha generado una sensación de distancia, desinterés o incluso miedo hacia el fútbol y otros deportes. Pero, ¿es realmente cierto que los gays somos "malos" para el fútbol? ¿O estamos ante un estereotipo que ha sido reforzado por la cultura y las expectativas sociales?

Evidentemente, soy consciente que estoy haciendo una afirmación generalizada. Obviamente NO todos los gays son "malos" para el fútbol, existen muchos hombres gays con mucho talento para ese y cualquier otro deporte. Pero no debemos negar que es muy común escuchar en conversaciones casuales o incluso en medios de comunicación la idea de que los hombres gays no son buenos para el fútbol o para los deportes en general. Esta noción ha sido repetida tantas veces que muchxs, tanto dentro como fuera de la comunidad LGBTIQ+, la han asumido como una realidad inmutable. Sin embargo, vale la pena detenerse a pensar: ¿es realmente así? ¿Existe alguna característica intrínseca en la orientación sexual que determine la habilidad para practicar deportes?

La respuesta, por supuesto, es no.

El estereotipo de que los hombres gays no son buenos para el fútbol está arraigado en una concepción limitada de lo que significa ser hombre y en la idea de que ciertos intereses, talentos o habilidades están reservados para aquellos que se ajustan a la norma heterosexual. Este estereotipo no solo es falso, sino que también es perjudicial, ya que perpetúa la idea de que ser gay implica ser "menos capaz" en ciertos ámbitos de la vida, como el deporte. Esto es grave, debido a que existe absoluto consenso de todos los beneficios que el deporte brinda para nuestra salud mental, física y espiritual.

La idea de que los hombres gays no son buenos para el fútbol está profundamente arraigada en estereotipos culturales que han moldeado nuestra percepción de lo que significa ser talentoso en ciertos ámbitos, incluyendo los deportes. A lo largo de la historia, hemos visto cómo ciertos grupos han sido marginados o excluidos de ciertas actividades, no por falta de capacidad, sino por la construcción cultural que dicta quién debería participar en qué. Este fenómeno no se limita solo a los hombres gays en el deporte, sino que también se observa en otros grupos históricamente discriminados.

Un ejemplo notable de cómo los estereotipos impactan en el desarrollo del talento se puede encontrar en estudios sobre la representación de mujeres en campos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Investigaciones han demostrado que, desde una edad temprana, tanto niñas como niños comienzan a asociar las materias científicas y matemáticas con características masculinas, lo que lleva a una menor autoconfianza en las niñas y, en consecuencia, a una menor participación en estos campos a medida que crecen. Un estudio de Cvencek et al. (2011) mostró que ya en segundo grado, niños y niñas en Estados Unidos perciben las matemáticas como un dominio masculino, lo que refuerza la idea de que las niñas no son inherentemente "buenas" en estas materias. Sin embargo, ejemplos de mujeres que han desafiado los estereotipos incluyen a figuras como Marie Curie en la física y química, y Ada Lovelace en la informática. Estas mujeres no solo superaron las barreras culturales, sino que también dejaron una marca indeleble en sus campos y se han convertido en referente para muchas mujeres talentosas en el área de las ciencias y matemáticas.

Este tipo de estereotipos no solo afecta a las mujeres en la ciencia, sino que también se extiende a cómo se percibe el talento deportivo en los hombres gays. Al igual que en el caso de las mujeres en ciencias y matemáticas, los hombres gays pueden interiorizar la idea de que el fútbol y otros deportes "no son para ellos" debido a la asociación cultural entre estos deportes y la masculinidad tradicional. Sin embargo, esta percepción es una construcción cultural más que una realidad inherente. Es decir: la mayoría de hombres gays son "malos" para el fútbol porque asocian esa actividad a algo negativo, lo que conlleva a que dejen de practicarlo y, por ende, a no desarrollar ese talento. Si bien hay una mínima carga biológica que nos puede llevar a ser talentosos en ciertas tareas, está demostrado que el talento se alcanza en la práctica. Pero si permanentemente me siento amenazado en esa práctica... ¿cómo voy a querer desarrollar ese talento y convertirme en alguien talentoso para esa práctica?

Del mismo modo que Marie Curie y Ada Lovelace en ciencias, atletas como Tom Daley (clavadista) o Colton Underwood (fútbol americano), han demostrado que la orientación sexual no define el talento ni la capacidad en un deporte tradicionalmente dominado por la masculinidad, y han sido referentes para que muchas personas LGBTIQ+ que aman los deportes puedan perseguir sus sueños.

Estos ejemplos nos muestran que, al desafiar y superar los estereotipos, es posible abrir nuevas oportunidades y redefinir lo que significa tener talento en cualquier campo, ya sea en la ciencia, el deporte o cualquier otra área. La clave está en reconocer que estos estereotipos son construcciones culturales que pueden ser desmanteladas, permitiendo que cada individuo, independientemente de su orientación sexual o género, pueda desarrollar y demostrar su verdadero potencial.

¿Te gustaría iniciarte en los deportes?

Iniciarse en el deporte, especialmente cuando llevamos con nosotrxs el peso de estereotipos y expectativas sociales, puede ser una experiencia desafiante. Sin embargo, es crucial recordar que el deporte no solo es una actividad física, sino también una herramienta poderosa para el desarrollo personal, la conexión con nuestro cuerpo, y el fortalecimiento de nuestra autoestima y bienestar mental.

1. Desafía los Estereotipos con Acción

Es fácil dejarse llevar por el temor de no cumplir con las expectativas o de no ser lo suficientemente bueno en algo que está tan asociado a la masculinidad tradicional. Pero es precisamente enfrentando estos miedos y atreviéndote a participar en deportes, donde sea que tu interés se encuentre, que podrás desafiar estos estereotipos. Cada vez que te pones una camiseta deportiva, das un paso en contra de esos prejuicios, demostrando que no hay barreras que te impidan hacer lo que amas.

2. Encuentra Tu Comunidad Deportiva

Hoy en día existen numerosos espacios inclusivos y seguros donde puedes practicar deportes sin temor a ser juzgadx o discriminadx. Busca ligas, gimnasios o clubes deportivos que celebren la diversidad y ofrezcan un ambiente de apoyo. Estos espacios no solo te permitirán mejorar tus habilidades deportivas, sino también conectarte con otras personas que comparten tus experiencias y desafíos, creando un sentido de comunidad y pertenencia. Yo actualmente estoy yendo al gimnasio Pruzzo Fitness Center, en el que me han tratado tan bien que incluso quise hacer un reel con mi experiencia. Puedes ver el video haciendo click aquí.

3. El Talento se Desarrolla con la Práctica

Es común pensar que uno necesita ser inherentemente talentoso para destacar en un deporte, pero la realidad es que la habilidad y el talento se construyen con la práctica. Si te sientes inseguro sobre tu habilidad en un deporte, recuerda que todxs, sin excepción, comienzan desde cero. La clave es la persistencia, la disciplina, la dedicación y el amor. No te compares con otrxs, enfócate en tu propio progreso, celebra cada pequeño avance y mantén una mentalidad positiva.

4. El Deporte como Empoderamiento

El deporte tiene el poder de empoderar y transformar. A través del deporte, puedes fortalecer tu confianza, mejorar tu salud física, aumentar tu autoestima y conectarte con tu cuerpo de una manera positiva. El acto de moverte, de superar desafíos físicos, y de trabajar en equipo puede ser increíblemente liberador y puede ayudarte a construir una imagen corporal más positiva y un mayor amor propio.

5. Apoyo Emocional y Terapéutico

Si el miedo, la ansiedad o el trauma te impiden participar en deportes, es importante buscar apoyo emocional. Unx terapeuta y/o un buen personal trainer pueden ayudarte a trabajar a través de estos sentimientos, proporcionándote herramientas para superar estos obstáculos. Además, hablar con amigxs o grupos de apoyo que compartan tus experiencias puede ofrecerte la motivación y el coraje necesarios para dar el primer paso.

El Deporte es para Todxs

No permitas que los estereotipos dictaminen lo que puedes o no puedes hacer. El deporte es un derecho y una herramienta esencial para mantener una buena salud mental, física y espiritual. Es una actividad que nos conecta con nosotros mismos y con los demás, independientemente de nuestra orientación sexual, identidad de género o cualquier otra característica personal. No hay un solo tipo de cuerpo o identidad que esté destinado al deporte. Todxs tenemos el derecho de disfrutarlo, de sentirnos bien en nuestro cuerpo, y de encontrar en el deporte una fuente de alegría, bienestar y empoderamiento.

Recuerda siempre: no hay gente "buena" o "mala" para los deportes, el deporte es para todxs. No dejes que ningún estereotipo te detenga. Hazlo por tu salud, hazlo por tu felicidad, hazlo porque es tu derecho. El deporte es un espacio inclusivo, y tú perteneces a él tanto como cualquier otra persona. ¡Ahorra corre a conquistar el campo, la pista o el gimnasio, y comienza a vivir una vida mucho más saludable!

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