Soy muy gay para los heteros, y muy hetero para los gays

La frase "Soy muy gay para los heterxs y muy hetero para los gays" es algo que escucho frecuentemente en sesiones con mis pacientes. Este sentimiento de estar en el medio, sin encajar completamente en ningún lado, refleja una experiencia común para muchxs en la comunidad LGBTIQ+. ¿Pero qué significa realmente esta afirmación? ¿Por qué ocurre este sentimiento? Y, lo más importante, ¿cómo podemos encontrar un equilibrio en esta sensación de desconexión?

Acompáñame a explorar los significados más profundos detrás de esta frase, los estereotipos que la sustentan y cómo podemos trascenderlos para construir relaciones más auténticas con nosotrxs mismxs y con lxs demás.

Sentir que no pertenecemos a ningún grupo es una herida emocional que muchxs llevamos, a menudo sin darnos cuenta. Desde pequeñxs, aprendemos que pertenecer es sinónimo de seguridad: ser parte de una familia, de un grupo de amigxs, de una comunidad. Estos espacios nos ayudan a formar nuestra identidad y nos proporcionan un refugio en momentos de vulnerabilidad.

Sin embargo, cuando sentimos que no cumplimos con las expectativas de los grupos a los que aspiramos pertenecer, esa seguridad se transforma en un vacío. No encajar en los espacios heteronormativos ya es una experiencia difícil para muchxs en la comunidad LGBTIQ+: las bromas, el rechazo, las microagresiones o el simple hecho de no vernos reflejadxs en los demás pueden dejar cicatrices profundas. Pero cuando, además, sentimos que tampoco encajamos dentro de la comunidad LGBTIQ+, esa herida puede profundizarse aún más, debido a que empieza a generarse una sensación profunda de soledad porque "no pertenezco a ningún lado", una sensación de no ser lo suficientemente "algo" para nadie. Esto genera un conflicto interno, la presión de cumplir con expectativas externas versus el deseo de ser auténticxs.

¿Qué significa ser "muy gay" o "muy hetero"? Estas etiquetas son, en realidad, espejismos sociales. Lo que alguien define como "muy gay" o "muy hetero" no es más que una proyección de estereotipos que la sociedad (y a veces nosotrxs mismxs) ha/hemos internalizado.

"Muy gay para los heteros" suele significar que alguien no encaja en los moldes tradicionales de género o comportamiento que se esperan de los hombres: masculino, interés por los deportes, considera "femenino" todo lo que se refiera al cuidado de la piel, y un montón de otros estereotipos que me imagino que ya conoces. 

En cambio, ser "muy hetero para los gays" puede referirse a alguien que, siendo LGBTIQ+, no suele participar activamente en espacios queer, no sigue ciertos códigos sociales, estéticos o culturales asociados a la comunidad, o que simplemente tiene intereses o estilos de vida que no se alinean con lo que algunos perciben como "la experiencia gay" (por ejemplo, no tiene tanto interés en Lady Gaga, salir de fiestas, la moda, etc).

Lo importante aquí es notar que estos conceptos son constructos sociales. Nadie nace "muy gay" o "muy hetero"; estas categorías son el resultado de expectativas externas que limitan la riqueza de nuestra individualidad. Por lo tanto, tenemos que leer este artículo de manera muy crítica: nadie es "muy-algo" por naturaleza, lo que nos hace "muy-algo" es lo que la sociedad ha construido en base a meros estereotipos.

Los estereotipos son cómodos porque nos ofrecen una manera rápida de clasificar el mundo. Sin embargo, cuando se aplican a las personas, se convierten en una trampa. Dentro de la comunidad LGBTIQ+, los estereotipos son especialmente dañinos porque refuerzan la idea de que hay una forma "correcta" de ser gay, lesbiana, bisexual, trans y +.

Por ejemplo, un hombre gay puede sentir presión para ser extrovertido, vestir con un estilo particular, frecuentar ciertos lugares o adoptar una actitud que demuestre "orgullo" en su orientación. Si no cumple con estas expectativas, puede ser juzgado como "muy hetero" o incluso tachado de no ser lo suficientemente comprometido con la comunidad. Por otro lado, un hombre gay que se sienta cómodo expresando abiertamente su orientación sexoafectiva podría enfrentarse a juicios en espacios heteronormativos, siendo percibido como "demasiado gay" para los heteros, excluyéndolo de ciertos espacios o derechamente enfrentar discriminación.

Esta presión para encajar en moldes específicos genera un agotamiento emocional. En lugar de fortalecer nuestra identidad, nos lleva a sentirnos aún más desconectadxs, atrapadxs en un constante esfuerzo por ser aceptadxs en espacios que no siempre nos valoran por quienes somos realmente.

Intentar encajar a toda costa tiene un precio alto: nos aleja de nuestra autenticidad. En lugar de construir relaciones basadas en quienes somos, terminamos desarrollando conexiones superficiales, donde el miedo al rechazo nos obliga a usar máscaras.

Este fenómeno tiene un efecto conocido como "paradoja de la pertenencia": cuanto más tratamos de encajar en un grupo a través de comportamientos forzados o adaptados, más desconectadxs nos sentimos, lo que genera, paradójicamente, que nos sintamos aún más solxs. Esto ocurre porque, en el fondo, sabemos que no estamos siendo nosotrxs mismxs.

El verdadero antídoto para esta desconexión es la autenticidad. Ser auténticxs no significa ignorar las normas sociales o los contextos culturales, sino priorizar nuestra verdad interna por encima de las expectativas externas. Pero ¿cómo logramos esto?

  1. Cuestiona los estereotipos: Reflexiona sobre las expectativas que has internalizado. Pregúntate: ¿Realmente necesito cumplir con esto? ¿Qué significa para mí ser parte de la comunidad LGBTIQ+ o interactuar con personas heterosexuales? ¿Realmente quiero ser amadx por algo que NO soy?

  2. Reconecta con tus valores: Define qué es importante para ti. Tus valores personales son una brújula que puede guiarte hacia relaciones más auténticas. En lugar de tratar de encajar, busca rodearte de personas que compartan esos valores.

  3. Busca comunidades diversas: Si no te sientes cómodx en los espacios actuales, explora otros. La comunidad LGBTIQ+ y la comunidad heterosexual es vasta y diversa; hay espacio para todxs. Ya sea a través de grupos online, actividades culturales o espacios seguros, puedes encontrar personas que valoren tu autenticidad.

  4. Practica la autocompasión: Sentirte desconectadx no es una falla personal, sino un reflejo de las limitaciones de los sistemas sociales. Recuerda que no estás solx en esta experiencia y que tu valor no depende de encajar en un molde.

La frase "Soy muy gay para los heteros y muy hetero para los gays" encapsula una lucha universal e histórica de la Comunidad LGBTIQ+: el deseo de pertenecer frente a la necesidad de ser auténticxs. Pero la verdad es que no estás aquí para cumplir con expectativas externas. Estás aquí para ser tú mismx, con tus matices, tus contradicciones y tu singularidad.

El camino hacia la conexión genuina no pasa por encajar en estereotipos, sino por encontrar a quienes te valoren tal como eres. Y, aunque ese camino pueda sentirse solitario al principio, es también el más poderoso, porque te lleva a construir relaciones basadas en lo que realmente importa: tu verdad.

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