
Salir del clóset es una de las experiencias más intensas, liberadoras y, al mismo tiempo, vulnerables que puede vivir una persona LGBTIQ+. Es ese momento en el que decidimos mostrarnos tal como somos, sin disfraces, sin excusas, sin versiones editadas. Y aunque muchas veces se habla de esa salida como si fuera un punto final, lo cierto es que para la mayoría de nosotrxs no es el final de nada, sino apenas el comienzo de un camino largo, complejo, lleno de matices. Salir del clóset no es una puerta que se abre y nunca más se cierra. Es una práctica constante de honestidad, de coraje, de escucha interna. Y muchas veces, sin darnos cuenta, seguimos viviendo en otro tipo de clóset: uno más sigiloso, más difícil de identificar, pero igual de limitante. Me refiero al clóset invisible.
¿Y qué es exactamente ese clóset invisible? Es todo eso que nos sigue limitando incluso después de haber dicho en voz alta quiénes somos. Es ese espacio psicológico donde nos seguimos reprimiendo por miedo a la reacción del entorno. No por miedo a una agresión directa, necesariamente, sino por miedo a incomodar, a no encajar, a recibir una mirada rara, un gesto incómodo, un silencio incómodo. Es ese impulso casi automático de corregirnos, de suavizarnos, de ocultar una parte de nuestra verdad para no generar conflicto. A veces ni siquiera lo notamos, pero está ahí. Silencioso. Operando desde adentro.
Este clóset aparece en los momentos más cotidianos. Cuando vamos en un taxi y el chofer empieza a hacer preguntas personales, y decidimos inventar que vamos a ver a un “amigo/a” en lugar de a nuestra pareja. Cuando en el trabajo nos preguntan si tenemos pareja y respondemos con evasivas, o cambiamos los pronombres. Cuando conocemos a vecinos nuevos en el edificio y evitamos cualquier mención sobre nuestra vida afectiva. Incluso cuando viajamos y, por precaución, evitamos cualquier gesto que nos haga “muy visibles”. Y ojo, no se trata de que todas estas acciones estén mal o que haya que ir gritando nuestra identidad a los cuatro vientos. Se trata de que podamos distinguir cuándo estamos eligiendo cuidarnos... y cuándo nos estamos ocultando por vergüenza.
Porque sí, hay situaciones en las que sentir miedo es completamente lógico. Vivimos en un mundo que sigue siendo peligroso para muchxs de nosotrxs. A veces, cuidarse es una estrategia de supervivencia. Pero hay una línea muy fina entre protegernos por un peligro real y silenciarnos por una vergüenza que aprendimos desde la infancia. Hay entornos que objetivamente son seguros, pero nuestro sistema nervioso aún los percibe como amenazantes. Y cuando lo que nos mueve no es la seguridad, sino la incomodidad de sentirnos "muy visibles", "muy gays", "muy fuera de la norma", es el clóset invisible el que está hablando por nosotrxs.
Una de las trampas más grandes del clóset invisible es que no se ve. Porque ya salimos del clóset, ¿cierto? Entonces asumimos que está todo resuelto. Que si ya le contamos a nuestra familia, a nuestrxs amigxs o al mundo quiénes somos, entonces no queda nada pendiente. Pero eso no es verdad. Salir del clóset es una parte del proceso, no el destino final. Podemos habernos visibilizado públicamente y, aun así, seguir escondiéndonos en pequeños gestos, palabras que corregimos, silencios incómodos o incluso decisiones de vida que tomamos para no desentonar. El clóset invisible es tan profundo que muchas veces lo habitamos sin saber que lo estamos haciendo. Y eso nos deja con una sensación rara: una mezcla de orgullo por haber salido del clóset, pero con una incomodidad persistente que no sabemos bien de dónde viene.
Entonces, ¿cómo saber si aún vivimos en ese clóset invisible?
Podemos comenzar por observar cómo nos sentimos en ciertos contextos. Por ejemplo:
-
Si evitamos hablar de nuestra vida afectiva en el trabajo por miedo a que nos juzguen o se burlen.
-
Si cambiamos los pronombres o mentimos sobre nuestra pareja cuando hablamos con personas nuevas.
-
Si nos incomoda mostrar afecto en público con nuestra pareja o alguien del mismo género.
-
Si nos reímos de nosotrxs mismxs antes de que alguien más lo haga, como mecanismo de defensa.
-
Si nos preguntamos si deberíamos vestirnos “menos llamativos” o “más normales” para no llamar la atención.
-
Si nos asusta entrar a ciertos lugares y que “se note demasiado” quiénes somos.
-
Si no corregimos cuando alguien asume que somos heterosexuales o cisgénero, y preferimos dejarlo pasar aunque nos incomode.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo puede manifestarse el clóset invisible. No tienen por qué ocurrirnos todos, ni todo el tiempo. Pero si algunos de estos comportamientos son frecuentes en nuestra vida, puede que aún haya partes de nosotrxs que no se sienten seguras para mostrarse por completo. Y no se trata de culparnos por eso, sino de comprenderlo. De nombrarlo. Porque cuando lo nombramos, lo hacemos consciente y dejamos de normalizarlo. Y cuando lo dejamos de normalizar, podemos empezar a transformarlo.
El clóset invisible no se combate con un grito, ni con una sola acción. Se trabaja con conciencia. Con espacios donde podamos decir: “Me sentí incómodx al decir que soy LGBTIQ+ en esta reunión” sin que nadie nos invalide. Con redes de apoyo, con terapia, con conversaciones reales, podemos generar más cambios de los que creemos. Con momentos en los que nos demos el permiso de incomodar, de no suavizar lo que somos, de existir con toda la intensidad que merecemos. Obviamente todo esto es un proceso, y como todo proceso, a veces duele, a veces se avanza rápido, y a veces sentimos que retrocedemos. Pero también es profundamente liberador.
Y acá quiero dejarte una invitación muy especial. Grabé una videoclase gratuita pensada precisamente para acompañarte si sientes que este clóset invisible aún te limita, o si simplemente quieres conectar más profundamente con tu libertad interior. Se llama “3 trucos que me ayudaron a sentirme libre y auténticx como una persona LGBTIQ+”, y en ella te comparto herramientas que he trabajado tanto en mi propia historia como en consulta con pacientes que viven exactamente estas contradicciones. La clase es cálida, cercana, práctica y está pensada para ayudarte a avanzar, aunque sea un paso más, hacia una vida más auténtica.
Eso sí: estará disponible solo por tiempo limitado, así que si este tema te resuena, no la dejes pasar.
>> Puedes acceder a ella haciendo click aquí
Un gran abrazo, y recuerda estar bien atentx a ese clóset invisible!
Conéctate a nuestra Comunidad y sigue recibiendo contenido de valor!
Únete a mi lista de suscriptores para que puedas recibir avisos de cuando publique nueva información sobre mi blog, contenidos, talleres y cursos!
No te preocupes, tu información está segura conmigo :)
No soporto el SPAM! Así que no te preocupes que no estaré llenándote de mails, solo te enviaré mails que sé que te podrán servir y ayudar :)